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Maella (Zaragoza), 1881-  Reus, 1934

 

 



      En el nº 20 de la calle Extramuros Bajos (conocida popularmente como del Bocheret, antes llamada de las Eras y después de la Industria y del Generalísimo, y actualmente avenida de Pablo Gargallo), de la localidad de Maella (Zaragoza), a las cinco de la mañana del día 5 de enero de 1881 nacía el segundo hijo del matrimonio formado por Mariano Gargallo Lacueva y Petra Catalán Vilano-va, siendo bautizado en la parroquial ese mismo día, e inscrito en el Registro Civil, con los nombres de Pablo Emilio, el día siguiente. Una tradición familiar, no confirmada documentalmente, habla de que le precedió una niña, que al parecer moriría muy pronto. Tuvo Pablo tres hermanos más: Amalio (que fue guarnicionero), Luis (profesional de la vidriería artística) y Francisco (director de cine, que obtuvo popularidad y grandes éxitos comerciales).

 

 

       Debido a dificultades económicas, la familia Gargallo Catalán, de origen campesino (aunque por entonces Mariano Gargallo era conductor de diligencia, y nunca herrero, en contra de lo repetido tantas veces), se traslada a Barcelona en 1888, domiciliándose en la calle Sadurní.

 

      Hacia 1890, Mariano Gargallo era jefe de la dotación de bomberos del Teatro del Liceo, y Pablo estudiante en la Escuela de La Galera, dirigida por Jaume Viñas. Tanto él como sus hermanos actuaban ocasionalmente de coristas en las funciones de ópera del Liceo, consiguiendo así algún dinero. Entre tanto, las inclinaciones artísticas del joven Gargallo y sus aptitudes para el dibujo se manifestaban progresivamente.

 

      Con catorce años, en 1895, trabaja durante varios meses en un taller de alfarería situado en la calle Giriti, hasta que su tío materno Fidel Catalán le consiguió un puesto de aprendiz, sin sueldo, con el escultor Eusebi Arnau i Mascort, profesional de gran prestigio entonces en los ambientes artís-ticos catalanes. Al mismo tiempo, asiste a clases nocturnas de dibujo. De estos años son las academias y buen número de los ágiles apuntes que se conservan, muchos de ellos en el Museo Pablo Gargallo de Zaragoza.

 

     En los meses de enero y abril-julio de 1898 participa por primera vez en sendas colectivas, la XV Exposición Extraordinaria de Bellas Artes, celebrada en la Sala Parés, y la IV Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona, donde presenta la escayola En la artesa, hoy en el Museo Nacional de Arte de Cataluña. Ese mismo año realiza el Retrato de Frederica Vallmitjana, acuñado en plata como medalla por Vallmitjana. En este momento tenía su taller en la calle San Martín, nº 1.

 

     Alrededor de 1900, frecuenta la tertulia del café Els Quatre Gats, estableciendo permanente amistad con Pablo Picasso, Angel y Mateu Fernández de Soto, Isidre Nonell, Rafael Nogueras Oller, Ricard Canals, Manolo Hugué, Jaume Sabartés, Ramon y Jacint Reventós y otros. Asiste a la Escuela de Bellas Artes de La Lonja, donde Agapit Vallmitjana i Barbany y Manuel Fuxà i Leal serán sus maestros de escultura, y traslada su taller a la calle Comercio. Participa en la exposición colectiva Art i Patria.

 

     En La Lonja, obtiene en 1902 una bolsa de viaje para estudiar en París, pero la muerte de su padre le convierte inesperadamente en cabeza de familia, imposibilitando su marcha.

 

     Habiendo logrado prórroga de su bolsa de viaje, marcha a París en octubre de 1903, se instala en la calle Vercingetorix, conoce a Max Jacob, se apasiona por los museos y estudia la obra de Rodin.

 

    Regresa a Barcelona, en marzo de 1904, y se reinstala en el taller de la calle Comercio, ocu-pado por Picasso durante su ausencia. Para recuperarse de una crisis de salud, permanece algún tiempo en casa del doctor Petit, en La Garriga (Barcelona), donde realiza la Chimenea conocida por el apellido del propietario, ahora perteneciente a las colecciones del Museo Pablo Gargallo, en cuya planta principal está instalada. Dibuja los primeros estudios de la figura que terminaría siendo, casi treinta años después, su Gran profeta.

 

    En 1905 trabaja circunstancialmente como medallista, realizando encargos para Juli Vallmit-jana, de lo que es muy buen ejemplo la medalla para la Exposición del Círculo Artístico de Barcelona de ese mismo año.

 

    Quizá como consecuencia de su primera exposición de planteamiento individual, presentada en febrero-marzo de 1906 en el Salón Parés de Barcelona y formada principalmente por los bajorrelieves, sobre las virtudes y pecados capitales, realizados después del viaje a París, el arquitecto Lluís Domènech i Montaner le contrata para ejecutar la decoración escultórica, exterior e interior, del Hospi-tal de la Santa Cruz y San Pablo  de Barcelona, grandioso proyecto arquitectónico en el que también participará Eusebi Arnau i Mascort. Marcha a Madrid y trabaja una breve temporada, como medallista, con Agustín Querol (al que retratará en una medalla, cuyo punzón se realizó en los talleres Vallmitjana), regresando a Barcelona nuevamente enfermo. De este año son sus medallas de Enrique Borrás y Christian Franzen  y del siguiente la conmemorativa de la Coronación de la Virgen de la Misericor-dia de Canet de Mar, para cuyo cementerio (y alrededor de estas mismas fechas o poco después) realizará, también por encargo de Domènech i Montaner, el tetramorfos de los Cuatro evangelistas  del panteón de la familia Font. Participa, con La Bestia del Hombre, en la Exposición General de Be-llas Artes celebrada en Madrid.


     Ya recuperado, tras otro descanso campestre, recibe en 1907 el encargo de la decoración exterior del Gran Teatro del Bosque de la Fontana, de la que se conservan (instalados en la fachada del actual Cine Bosque, en la Rambla del Prat, Barcelona) los cuatro bajorrelieves que representan a Pablo Picasso, Isidre Nonell, Ramon Reventós  y al propio Gargallo. Vuelve a París, pasando la pri-mera noche de su estancia en el Bateau Lavoir (donde le impresionan profundamente los últimos trabajos de Picasso), y durante su corta permanencia se instala en la calle Sèvres, trabaja algún tiempo para el escultor Robert Wlérick y realiza su primera máscara en chapa metálica, titulada Pequeña máscara con mechón, obra pionera y fundamental para el futuro desarrollo internacional de la escultura metálica no fundida. De regreso a Barcelona, se instaló en la calle Aribau, comenzando una época en la que abundan las colaboraciones en obras arquitectónicas. Participa, con Yo pecador, en la V Exposición Internacional de Arte  de Barcelona.

 

    Entre 1908 y 1910 realizó varias esculturas para el interior del Palacio de la Música Catalana de Barcelona, de nuevo por encargo de Domènech i Montaner, que había contratado también a Eu-sebi Arnau.

 

    Efectúa un nuevo y breve viaje a París, en 1909. Recibe el encargo del Monumento al actor Lleó Fontova, que resolverá íntegramente, incluido el pedestal. Realiza por encargo, en homenaje al gran dramaturgo catalán, el relieve Terrassa á Guimerá MCMIX.

    En 1910 ejecuta el busto del pintor Josep Lluís Pellicer (hoy en una fachada del Parlamento de Cataluña, en Barcelona). El 10 de junio se inaugura, en el paseo de los Álamos del parque de la Ciudadela, el monumento a Fontova, al tiempo que Gargallo perfecciona casi en secreto las técnicas de repujado aprendidas en La Lonja. Sigue trabajando para el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, toma parte en la primera exposición de Les Arts i els Artistes,  asociación con la que siempre mantuvo vinculaciones, y entre este año y el siguiente realiza el relieve Ángel rezando, que se conserva en la tumba de la familia Pidelaserra, en el cementerio de Sants (Barcelona), si bien un ejemplar en bronce forma parte de las colecciones del Museo Pablo Gargallo. Por su iconografía, quizá corresponde a las mismas fechas la medalla Salve, editada por Masriera.

 

    Participa con tres obras en la VI Exposición Internacional de Arte, del Ayuntamiento de Barcelona, celebrada en 1911, obteniendo medalla de segunda clase con la escayola La diablesa blanca, hoy en paradero desconocido. Realiza la medalla del VIII Congreso Algodonero, concluye sus traba-jos para el Hospital de la Santa Cruz y San Pablo, al tiempo que inicia, con Máscara de hombre y Máscara con mechón, su primera época del cobre, centrada casi exclusivamente en la realización de máscaras y cabezas en chapa metálica. Ese mismo año, los arquitectos Francesc de P. Guàrdia i Vial y Enric Catà i Catà, que en 1909 proyectaron la reforma de la fachada del Teatro Principal de Terrassa, le encargan los grupos escultóricos de la zona central de dicha fachada y diversos detalles orna-mentales de la misma, todo lo cual se ha perdido y es ya irrecuperable como consecuencia de la mala calidad de la piedra utilizada.

 

     Concurre a la Exposición Nacional de Pintura, Escultura y Arquitectura, de 1912, obteniendo una mención honorífica con La farruca,  posteriormente desaparecida. Durante el otoño vuelve a París, donde se empadrona el 4 de enero de 1913, con domicilio en la calle Blomet, nº 45. Es un período difícil, lleno de privaciones y entusiasmos. Según el propio Gargallo, es la miseria, la bohemia, pero llena de esperanza, quizá porque convive otra vez con sus amigos Pablo Picasso, Manolo Hugué, Juan Gris, Soler Casabón, Max Jacob, y porque retoma o inicia su amistad con Maurice Raynal, Amedeo Modigliani, Gaston Modot, Pierre Reverdy, Maurice Princet. Gris le presenta a los marchantes Léonce Rosenberg y André Level, que adquieren sus primeras obras en chapa metálica.

 

     En 1913, Juan Gris le presenta a Magali Tartanson, costurera francesa de diecinueve años, que había de convertirse para él en comprensiva y ejemplar compañera. Ese mismo año realiza tres pequeñas y hermosas obras (un bajorrelieve, una máscara y un dibujo a tinta) que retratan a su futura esposa.

 

     Mientras pasaba el verano de 1914 en Barcelona, con su familia, se declaró la I Guerra Mundial, por lo que regresó rápidamente a París. Todos sus amigos fueron alistándose y él mismo lo in-tentó, pero fue rechazado por su endeble salud. Decide trasladarse a Barcelona con Magali. Para poder adquirir los billetes de tren, se ven obligados a vender un dibujo de Picasso, que les dedicó y regaló otro el mismo día de su marcha.

 

    El matrimonio de Pablo y Magali se celebró el 4 de agosto de 1915 en la iglesia de San Juan del barrio de Gracia, en cuya calle de la Cuesta, nº 20, se instaló la pareja, que residiría allí por espa-cio de cuatro o cinco años. Sufre una importante crisis de salud, que le mantendrá un par de años limitado a trabajos de mediano y pequeño formato, fundamentalmente máscaras metálicas y joyería, parte de las cuales expondrá, al finalizar el año, en las Galerías Valentí, obteniendo un éxito impor-tante y vendiendo la totalidad de las obras expuestas.

 

    La entidad Foment del Teatre Catalá  le encarga, probablemente a finales de 1915 o principios de 1916, el monumento al actor Iscle Soler, que se financiará mediante suscripción popular, colaborando también el Ayuntamiento de Barcelona y las asociaciones de catalanes emigrados a Sudamérica. Para decorar el acceso del nuevo Teatro del Bosque, tallará cuatro grupos en piedra a modo de capiteles, representaciones alegóricas de La commedia dell'arte, La tragedia griega, El teatro del siglo XVIII y Los trovadores, que fueron totalmente destruidos en una reforma posterior. Pre-senta su tercera individual en Barcelona, el mes de octubre de 1916, en las Galeries Laietanes.

 

    Durante 1917 recupera completamente su capacidad de trabajo, acepta nuevos encargos, como la Estatua tumbal de la señora Pidelaserra, instalada en el cementerio de Sants (Barcelona), y desarrolla un ambicioso proyecto, incluyendo los aspectos arquitectónicos y ornamentales, para el monumento a Soler, propuesta que no pudo llegar a materializarse, muy probablemente por limitacio-nes económicas.

 

    En 1918 participará en la colectiva de Les Arts i els Artistes  y en la primera convocatoria de la Exposició d'Art, que en lo sucesivo será promovida anualmente por el Ayuntamiento barcelonés. El 21 de abril de 1918 se inaugura oficialmente, en la plaza de la Igualdad (hoy de San Agustín), el Monumento a Iscle Soler, íntegramente realizado por Gargallo, que hubo de conformarse con una digna, pero muy modesta, simplificación de su excelente proyecto inicial, después todavía más despojado cuando las dos máscaras en piedra que ornaban el pedestal fueron destruidas durante la última guerra civil.

 

     Hacia 1919, o quizá en 1920, traslada su vivienda al primer piso del número 146 de la calle Provenza, e instala el nuevo taller en los bajos de una casa próxima, donde comenzará sus decisivos trabajos en chapa de plomo. Participa en la Exposición Hispano-Francesa de Bellas Artes, celebrada en mayo-junio de 1919 en la Lonja de Zaragoza.


     La Asamblea de los artistas participantes en la Exposició d'Art  de 1920, a la que acudió con trece obras (cinco de las cuales eran joyas), decidió, por votación, distinguirle con una Sala Especial de Escultura en la exposición a celebrar en 1921. En octubre, Gargallo es nombrado, mediante concurso y por espacio de cinco años, profesor de Escultura y maestro de Repujado de la Escuela Técnica de Oficios de Arte de la Mancomunidad de Cataluña. Este mismo año, o quizá el siguiente, es nombrado también profesor de Escultura de la Escuela Superior de Bellos Oficios. Aquí se inicia su amistad con Josep Llorens Artigas, Xavier Corberó, Rafael Solanic, Antoni Serra, Manuel Humbert, Joan Miró, Rafael Benet. Desde este año y hasta 1923 realizará en chapa de plomo casi todas sus obras no fundidas, desarrollando el que denominamos intermedio del plomo  e iniciando la revolucionaria inversión de volúmenes que tan específicamente caracterizará una de las tendencias de su obra.

 

 

    Según lo previsto, la Exposició d'Art  de Barcelona de 1921 le dedica una Sala Especial de Escultura, donde se presentan trece obras, que supone su definitiva consagración en Cataluña. En octubre, la Mancomunidad le nombra profesor de Escultura Aplicada al Repujado de la Escuela Técnica de Oficios de Arte. Durante las vacaciones viaja a París, en cuyos Salones participará regularmente.

 

   En junio de 1922 nace Pierrette, única hija de Magali y Pablo. Como el año anterior y los siguientes, participa en el Salon d'Automne de París, donde pronto será uno de los expositores más conocidos y elogiados, como lo será en los sucesivos salones des Indépendants y des Tuileries.

  Desde 1923 inicia su segunda época del cobre, diferenciada por la ejecución de figuras completas (singularmente sus famosas bailarinas), progresivamente de mayores dimensiones, y por el uso casi total de los volúmenes cóncavos, que en el caso de las máscaras (en las que abandonaría por completo la más tradicional representación convexa de años anteriores) tendrá sus antecedentes en varias pequeñas piezas de plata realizadas en torno a 1925.

 

    Como consecuencia de la firma del escrito colectivo, publicado por el diario La Publicitat de Barcelona, en solidaridad con el profesor Georges Dwelshauvers, expulsado por motivos extradocentes, y ante su negativa a retractarse, es destituido junto a buena parte de sus compañeros, en el mes de mayo de 1924, de sus cuatro cargos como profesor de la Escuela Superior de Bellos Oficios y de la Escuela Técnica de Oficios de Arte, que fueron desmanteladas a continuación. Regresa con Magali y Pierrette a París y se instalan en el nº 13 de la calle Dohis, de Vincennes, ya que el antiguo taller de la calle Blomet (que durante su ausencia ocupó Joan Miró) les resulta poco grato. Trabaja intensamente con el apoyo de sus amigos Raynal, Fierens, Reverdy, Warnod, Géo Charles, Waldemar George, Llorens Artigas, y de los marchantes Rosenberg y Level, que siguen comprando su producción, en cuyo desarrollo ha comenzado a utilizar, para las obras en chapa metálica, plantillas previas que, a modo de patrones, le permiten realizar distintas versiones y ampliaciones de una misma escultura, procedimiento que resultará decisivo para el resto de su trabajo más innovador.

 

    Durante 1925 participa, entre otras colectivas, en los Salones des Indépendants, des Tuileries, d'Automne y en la Exposition Internationale des Arts Décoratifs et Industriels Modernes, de París, y en el Saló de Tardor, de Barcelona, obteniendo en todos los casos reconocimiento, abundantes elogios y éxito indiscutible. Ese mismo año forma parte de la exposición oficial de arte francés con-temporáneo presentada en Tokyo y Osaka.

 

    Obsesionado por una obra que será decisiva en el conjunto de su producción, en 1926 realiza en chapa de cobre la Cabeza de profeta, unos veinte años después de que materializase por primera vez dicha figura en el relieve de San Juan Bautista, del friso de los santos de la fachada principal del Pabellón de Administración del Hospital de la Santa Cruz y San Pablo.

     En 1927 se trasladan a un taller del nº 107 de la avenida del Maine, en Montparnasse, ocu-pado antes por el pintor brasileño Vicente do Rego Monteiro. Sigue trabajando con piezas metálicas progresivamente más gruesas, y se afianza en el uso de plantillas previas realizadas en cartón. El marchante Bernheim expone y comercializa sus obras. Es uno de los escultores seleccionados para la exposición de arte francés contemporáneo celebrada en Estocolmo. El Ayuntamiento de Barcelona le invita, en junio, a presentar tres bocetos de esculturas para el proyecto de ornamentación de la plaza de Cataluña, firmando en septiembre los contratos de obras para realizar El pastor de la flauta, La vendimiadora  y El pastor del águila, las dos primeras ejecutadas en piedra de París y la última fundida en bronce. Ambos pastores (el modelo en escayola del segundo forma parte de las coleccio-nes del Museo Comarcal de la Garrotxa, en Olot) siguen instalados en la plaza, pero la vendimiadora fue trasladada poco tiempo después, por modificación del proyecto ornamental, a los jardines del Parque de Montjuich. En abril de 1995 se inauguró un nuevo ejemplar de El pastor de la flauta en la plaza del Doctor Mira de Barcelona. Otro ejemplar de El pastor del águila, fundido con dicha finalidad entre 2002 y 2003, se instaló en abril del último año en la calle Alfonso I, esquina calle Candalija, de Zaragoza, desde la que se llega directamente al Museo Pablo Gargallo.

 

    La Exposición Internacional de Barcelona de 1929 le encarga, en junio de 1928 (mientras aplica por primera vez, en Kiki de Montparnasse, los recursos de representación del volumen cóncavo y la supresión completa de elementos significantes en una máscara modelada para fundir en bronce), la ejecución de cuatro esculturas destinadas al Estadio Olímpico de Montjuich, dos Bigas en piedra artificial y dos Jinetes en bronce, estos últimos conocidos actualmente como Saludo olímpico (Atleta clásico  y Atleta moderno). En 1981, ambos atletas fueron trasladados al Palacio de la Virreina, en las Ramblas barcelonesas, y en 1985-86 se fundieron nuevos ejemplares para la colección del Museo Pablo Gargallo de Zaragoza, ante cuya fachada están instalados. En 1989, los jinetes de Barcelona regresaron definitivamente a Montjuich, mientras las bigas (con sus aurigas) eran consolidadas y restauradas por la escultora Marta Polo, bajo la supervisión de los herederos de Gargallo y con ayuda de la documentación fotográfica conservada, obteniendo de las mismas un ejemplar en poliéster para el Estadio, y fundiendo en bronce un nuevo ejemplar, instalado en el parque deportivo Can Dragó, en la Meridiana, el año 1991.

     A partir de 1929 Gargallo inicia su época del hierro, ya que, si bien había realizado anteriormente diversas obras en dicho material, todas ellas de gran interés y extraordinaria calidad, será desde ahora cuando ejecute, primero en chapa y después en plancha de hierro, la mayor parte de sus esculturas férreas más significativas, consagrándose definitivamente como un gran maestro de la escultura metálica no fundida.

 

    Durante 1931 la familia Gargallo Tartanson se traslada de nuevo a otra residencia, esta vez casi de lujo, en el nº 3 de la calle Parque Montsouris, donde tenían como vecinos a Pierre Courthion, viejo amigo de la familia, y al pintor Amédée Ozenfant, pero Gargallo estaba inquieto y poco adaptado en aquel ambiente excesivamente confortable respecto a sus anteriores experiencias.

 

    En diciembre de 1932 participa en la exposición de la Sociedad de Artistas Ibéricos, que tuvo lugar en la galería Flechtheim de Berlín.
Encuentran una casa de tres plantas, con jardín y dos estudios, que les parece más adecuada, en el nº 195 de la calle Vaugirard, a donde se trasladan a comienzos de 1933. Trabaja alegre, con ilusionado entusiasmo, preparando una exposición para Nueva York y otra para Barcelona. Intenta fundir en bronce el Gran profeta (al que incorpora, como en Urano, el decisivo y revolucionario recurso del vacío total, que no había utilizado anteriormente salvo el caso relativo de Retrato de la señora Grant, donde sin duda juega otro papel en obras destinadas a la fundición, completando así un ad-mirable ciclo de investigación expresiva del que habían derivado revolucionarias innovaciones en el ámbito de la representación plástica), pero no consigue ayuda financiera.

 

    La exposición en la galería Brummer de Nueva York, en febrero-marzo-abril de 1934, constituyó un acontecimiento extraordinario, tanto de crítica como de público, lo que no fue suficiente para evitar que Gargallo temiese la opinión, el juicio sobre sus obras, de los amigos de juventud que más estimaba. La subsiguiente exposición en la sala Parés de Barcelona supuso un éxito sin precedentes y pronto se habló de llevarla a Madrid. Se le homenajea con una comida en el hotel Colón, el día 18 de diciembre. Pero está cansado, cansado de muerte,  según escribe a su amigo Soler Casabón. Viaja, con dos terceras partes de su exposición barcelonesa, hasta Reus, donde el Centro de Lectura le ha preparado un homenaje. Antes ha escrito a París, pidiendo a su mujer y a su hija que se reúnan con él. Agotado, contrae una bronconeumonía que acaba rápidamente con su vida, falleciendo el 28 de diciembre, en una habitación del hotel Londres de Reus, tres días después de inaugurada la expo-sición que le había llevado allí, justo cuando comenzaba a consagrarse como un maestro indiscutible de la escultura contemporánea universal.

 

 Rafael Ordóñez Fernández