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KUBO-CARTEL-MIRO

MIRÓ

Poesía y luz

 

 

COMISARIADO: Maria Luisa Lax

 

FECHAS: Del 21 de julio al 12 de octubre de 2010       

 

 

 

 

 

 

  

   La Sala kubo-kutxa dedica su exposición de verano a uno de los grandes del siglo XX: Joan Miró. Un artista reconocido en vida, que ha sido capaz de crear un estilo absolutamente personal que incluso la mirada profana logra identificar sin dificultad.

 

 

   Nacido en Barcelona, la trayectoria de Miró está fuertemente arraigada a Cataluña, pero también a Mallorca, tierra de la que procedían su madre y su mujer y en la que se gestó buena parte de su obra.

 

 

   La exposición "Miró. Poesía y luz" presenta obras creadas entre 1908 y 1981, pero se centra en la etapa en que el artista  residió en Mallorca, entre 1956 y 1983. Un periodo que nos va a permitir descubrir un Miró en plena ebullición creativa y cuya obra transpira libertad e independencia. Las pinturas, esculturas, dibujos, bocetos para escultura o arte público, dibujos y documentos vinculados a la música o el ballet, obra gráfica, muebles y objetos procedentes de sus estudios, y la maqueta del Taller Sert que se exponen en la Sala kubo-kutxa dan testimonio de la capacidad creadora de Miró, de sus ansias de saber y de conocer. Pero también nos sitúan ante un artista que busca inspiración en las propuestas de diferentes corrientes del arte.

 

 


    Miró disfrutó de una larga vida (1893-1983) lo que le permitió ser testigo directo de los múltiples movimientos artísticos que se sucedieron en el siglo pasado. No le eran ajenos el cubismo ni el fauvismo; se dejó influir por Van Gogh o Cézanne; mantuvo un estrecho contacto con los surrealistas…  Los influjos de las vanguardias están siempre presentes en su obra, pero inexorablemente tamizados por el peculiar estilo de Miró, siempre a la búsqueda de un lenguaje propio, con independencia del lugar en el que creara, fuera en sus estancias en Cataluña, Mallorca, París o Estados Unidos. Una búsqueda que le empuja a indagar también en la utilización de nuevas técnicas y materiales. Los tapices, los textiles o la cerámica y, en especial, los grandes murales cerámicos se hacen habituales en su obra.

 

 


    En la etapa que nos descubre la muestra de la Sala kubo-kutxa, Miró era ya un artista consagrado. Había hecho realidad su sueño de tener un gran taller propio donde crear y experimentar y había visto surgir la Fundació Pilar y Joan Miró a Mallorca, origen de la obra que tendremos ocasión de admirar. Lo que para muchos hubiera supuesto el final de un camino, para Miró, como no podía ser de otra manera, se convirtió en un estímulo para continuar indagando en torno a nuevos modos de expresión.