EXPOSICIÓN | |
AUTOR | PÚBLICO GENERAL |
GRUPOS | EDICIÓN |
ILAN WOLFF CAMERA OBSCURA
COMISARIADO: Juanma Arriaga
FECHAS: Del 24 de abril al 29 de junio de 2008
Un artesano de la fotografía. Así es como muchos expertos definen a Ilan Wolff. Un artista que ha optado por antiguas técnicas fotográficas frente a los avances que le ofrece la tecnología actual.
Este fotógrafo israelí, que se considera un ciudadano del mundo, se decanta por la ancestral camera obscura, utilizada ya por Aristóteles y Leonardo Da Vinci, para conseguir unas creaciones bellas, misteriosas y llenas de magia.
Ilan Wolff es uno de los pocos profesionales que continúan utilizando la camera obscura una especie de habitáculo cerrado herméticamente con un pequeño agujero permite a la luz que se refleja desde el exterior, infiltrarse y proyectarse en la pieza, creando una imagen inversa. El uso de esta técnica se llama fotografía estenopeica.
A partir de ahí, cualquier elemento es susceptible de convertirse en una cámara, desde cajas de zapatos a latas de pintura, desde el interior de un pimiento al de una furgoneta. Todo es posible en el peculiar universo de este fotógrafo, que pone en entredicho la necesidad de contar con potentes dispositivos para lograr una gran fotografía. Aún más allá, afirma que con la fuerza del ser humano y la energía de la naturaleza se pueden crear fotografías. Unas creaciones puras, sin la intervención de la tecnología, sin manipulación.
Su particular forma de entender la fotografía ha llevado a Ilan Wolff a convertirse en un nómada que recorre el mundo captando imágenes a través de su camera obscura. Uno de esos viajes le ha hecho recalar en Donostia. La exposición que le dedica la Sala kubo-kutxa recoge buena parte de las fotografías que ha realizado durante su estancia. Alguna de ellas especialmente llamativa como un lunagrama, una imagen obtenida a través de la luz de la luna, que el artista realizó en el estadio de Anoeta el pasado 27 de septiembre.
En definitiva, una muestra en la que la fotografía en estado puro es la protagonista y con la que la Sala kubo-kutxa mantiene su compromiso de programar anualmente una muestra relacionada con el mundo de la imagen.
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