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MIQUEL BARCELÓ

LAS FORMAS DEL MUNDO. OBRA RECIENTE

 

 

 

 

 

 

 

COMISARIADO: Mª José Aranzasti


 

FECHA: Del 4 de mayo al 17 de julio de 2005

 

 

 

  

 

  Cualquier análisis, cualquier reflexión que quiera hacerse sobre el trabajo extraordinario de Miquel Barceló no sólo ha de tener en cuenta que nos encontramos, desde un punto de vista generacional, ante un pintor todavía joven que ha adquirido ya el rango de clásico sino que, además, nos hallamos ante un artista impenitente e incansable que va desgranando su obra con la cadencia, el rigor, la originalidad y la excelencia que solamente poseen los más grandes creadores.

 

 

KUBO-BARCELO-BIOGRAFIA  Desde 1982, fecha que supuso su lanzamiento internacional tras su presencia como artista invitado en la Documenta VII de Kassel, pero también desde mucho antes, desde aquellos últimos años setenta en los que el artista mallorquín comenzó a presentar sus primeras exposiciones, las construcciones pictóricas de Barceló han ido atravesando diferentes etapas, aunque como ligazón de todas ellas, surge un lúcido conjunto de inquietudes, ensueños y desvelos que proporciona unidad y coherencia, tanto argumental como estética, a toda su obra. De este modo, y así puede observarse en la exposición que se refleja en las páginas de este catálogo, la meditación y la indagación pictórica sobre la materia, la naturaleza, la mutación de los elementos, la licuefacción de los objetos y el paso del tiempo, sobre el desvanecimiento, la metamorfosis y la muerte, son cuestiones centrales en el gran catálogo creador de Miquel Barceló y lo son también de esta muestra, presentada bajo el título de "Las formas del mundo. Obra reciente".

 

 

  Las pinturas, los dibujos y las esculturas que ahora se reúnen en la Sala kubo-kutxa son parte de la obra más reciente de Miquel Barceló, no han sido expuestos anteriormente y reflejan a la perfección la esencia del trabajo de este artista. Solamente por esto, la muestra ya sería un hito a tener en cuenta en la reciente historia expositiva de San Sebastián, pero, además, en kutxa consideramos que esta exposición es un acontecimiento cultural de primer orden porque Miquel Barceló es, con todo merecimiento, el artista por excelencia de los últimos años, el icono plástico que ha sido capaz de componer la estética de fondo que nos ha acompañado a lo largo de tres décadas convulsas en las que ha ocurrido de todo, y en las que todo ha ocurrido demasiado rápido.  

 

 


   En esta muestra "Las formas del mundo. Obra reciente" Barceló ha reunido trabajos realizados a lo largo de sus últimas estancias en Mallorca y en Malí, después de finalizar su titánica labor en la Catedral de Palma, donde el artista moldeó un mural cerámico de más de 300 metros cuadrados de extensión representando el milagro de la multiplicación de los panes y de los peces. La exposición revela, por un lado, las imágenes que los fondos marinos de la tierra mallorquina inspiran al pintor y, por otra parte, la impresión que en Barceló provocan los acontecimientos extremos que se viven en África, la fuerza de su luz, el sol abrasador, el tiempo detenido en Malí, en ese lugar donde se comprueba la inutilidad de las cosas y donde "uno pinta por pura necesidad". De cualquier modo, y lejos de traducirse estos argumentos en composiciones demasiado localistas, folclóricas o reduccionistas, lo que queda demostrado en esta exposición, es que Miquel Barceló tiene, como solamente lo poseen los artistas geniales, la capacidad de plasmar entre los reducidos límites de un lienzo nuestros referentes sociales, culturales e ideológicos más profundos, convirtiendo sus motivos particulares en composiciones universales que conectan intensamente con lo que en Alemania se conoce como el "zeitgeist", literalmente, el espíritu de nuestro tiempo.

 

 

  Para todos, es un auténtico privilegio que Miquel Barceló, un artista que expositivamente no se prodiga demasiado, se haya mostrado interesado en exhibir su obra en Donostia por la favorable impresión que le ha causado una ciudad en la que no había expuesto nunca, y por la cercanía del mar, la proximidad de las texturas marinas o la privilegiada situación de la Sala kubo-kutxa.